Uno de los grandes retos en cuanto a conectividad, «es que ya no hablamos de conectar personas, sino de llenar la red de cosas«. Así explica Miguel Vicario, Product Management Director de Fon, el desafío al que se enfrentan las redes wifi con el imparable avance de Internet of Things o Internet de las Cosas. Las redes se llenan de sensores y dispositivos de todo tipo, y hay que llevarlo a cabo de forma eficiente.
Fon es la red global de wifi, que junto con diversos operadores han creado la comunidad wifi más grande del mundo, con más de 21 millones de puntos. Fontech, lanzada en noviembre de 2017, es la división tecnológica de Fon, que se encarga de facilitar a operadores y empresas la gestión de redes wifi y proveer software específico. «Proporcionamos soluciones tecnológicas que permitan a los operadores operar redes wifi de forma sencilla y eficaz», explica Vicario.
«Me parece increíble que en las alturas en las que estamos todavía tengamos problemas a la hora de abordar la conectividad de personas y dispositivos en el hogar«, afirma Vicario, quien apunta que «estamos utilizando tecnologías muy básicas para conectar dispositivos que requieren de unas calidades de servicio y ancho de banda que es muy superior a lo que los dispositivos actuales permiten».
Lo que proponen es una solución con la que el usuario pueda gestionar todos los dispositivos y solucionar todos los problemas de cobertura y conectividad para el hogar. «Del 50 al 70 % de las llamadas que tienen los operadores en el call center son sobre conectividad y problemas de wifi, les ahorraríamos la mayoría de sus problemas».
IoT, con seguridad
Además de abordar el reto de llenar las redes de objetos de forma eficiente, hay que pensar cómo se hace de forma segura, ya que muchos de estos dispositivos no tienen configuración de seguridad. «La seguridad es fundamental en cualquier despliegue masivo. son dispositivos que tenemos en casa y no queremos que sean vulnerables», afirma el experto. El reto es cómo hacer para que dispositivos que no tienen configuración se conecten a una red segura.
Básicamente, lo que estamos haciendo es dejar la puerta abierta de nuestras casas. Una puerta digital, pero que tiene muchas más implicaciones de las que los usuarios, a día de hoy, son conscientes. «Deberíamos conocer perfectamente qué dispositivo está autorizado a entrar en nuestra casa«, explica Vicario. «Muchos todavía tenemos en casa una contraseña que compartimos con más personas, no tenemos control de lo que está conectado en nuestras casas, ni visibilidad de qué están haciendo esos dispositivos en ellas».
El experto afirma que esto también está ocurriendo en las empresas, algunos todavía «tienen la contraseña escrita en una pizarra, y no saben a qué recursos tienen acceso qué empleados«. Como solución, proponen que desde el sector del wifi se trabaje para «equiparar la seguridad a la que hay en la red celular», asegura Vicario, afirmando que «sería desastroso que un despliegue masivo de IoT no tuviera las garantías de seguridad necesarias«.