No hay duda de que Fortnite es el videojuego de moda. Hay quien dice que Fortnite es el «nuevo Minecraft». La temática del juego no tiene prácticamente nada que ver, pero sin duda está cosechando un gran éxito y cifras de vértigo. El juego de Epic Games fue lanzado hace poco más de un año, en junio de 2017, y ya cuenta con 125 millones de jugadores, registrados y subiendo. Muchos de ellos, niños y adolescentes.
El modo más popular del juego es el modo de lucha «Battle Royale», un juego de supervivencia y disparo en tercera persona donde un total de 100 jugadores compiten en una isla que se va haciendo cada vez más pequeña y donde solo puede quedar un superviviente. Está disponible para PC, macOS, iOS y las consolas Xbox, PS4 y Nintendo Swtich. El hecho de que sea gratuito es uno de los motivos por los que ha atraído a tanta gente en tan poco tiempo, sobre todo a los más jóvenes. Además, se añade un importante componente social, ya durante las partidas los participantes pueden entablar conversaciones con otros jugadores.
Es precisamente este apartado social el que preocupa a educadores y expertos en ciberseguridad. «En vez de quedar con sus amigos a tomar una merienda, los chavales se conectan a la vez y quedan en algún lugar del mapa de Fortnite para combatir juntos», explican desde Panda Security. Hasta aquí, ningún problema. El riesgo aparece cuando los jóvenes hacen amigos nuevos dentro del juego, y detrás de alguno de esos perfiles no está quien dice ser.
«Es muy importante concienciar a los niños y adolescentes de que es extremadamente peligroso hacer nuevos amigos en este videojuego social, ya que es muy fácil para un pedófilo esconderse bajo un avatar», apuntan los expertos de Panda, que señalan que precisamente una de las funciones más populares es la de chatear con otros jugadores en tiempo real, y este puede ser iniciado por cualquier desconocido, sin posibilidad de bloquear las conversaciones.
«Hace unos días, una madre británica interceptó una conversación con su hijo de 12 años en la que un presunto pederasta le estaba ofreciendo 50 libras a cambio de realizar actos sexuales mientras jugaba«, advierte Hervé Lambert, Global Consumer Product Manager de Panda Security. Se aconseja que los padres y educadores hagan un esfuerzo por entender cómo juegan sus hijos y menores, e incluso jugar con ellos. Es importante que «comprendamos los entornos en los que se mueven, al igual que hacemos con ellos en la vida real«, explica el experto.
Versiones fraudulentas de Fortnite
Como ocurre con todas las aplicaciones y juegos que se ponen de moda, los ciberdelincuentes aprovechan el tirón para obtener más víctimas. Este está siendo el caso también de Fornite. Muchos jugadores han estado ansiosos por descargar la versión para Android, que verá la luz pronto. Por el momento, los jugadores pueden ponerse en la lista de espera en la propia web del desarrollador, que les avisará cuando esté disponible.
Los cibercriminales han jugado con «la impaciencia de millones de seguidores y aprovechan la circunstancia para distribuir sus amenazas camufladas en versiones falsas del Fortnite que, incluso, se acompañan de tutoriales en YouTube acerca de cómo realizar su instalación en los equipos Android». Así lo explican desde G DATA, quienes advierten de que su objetivo principal son los jugadores más jóvenes, que acaban instalando falsas versiones de Fortnite que les suscriben a servicios premium o contienen malware.
La firma de seguridad alerta de que en internet se pueden encontrar docenas de vídeos que ofrecen supuestos tutoriales sobre cómo instalar Fornite para Android. Muchos de ellos tan solo están diseñados para engañar a las posibles víctimas (sobre todo los jugadores más jóvenes) para que se instalen aplicaciones maliciosas.
G DATA ha advertido de que pueden ser descargados desde sitios web aparentemente oficiales, y las apps manipuladas contienen desde suscripciones a servicios de mensajería premium hasta troyanos capaces de hacerse con el control de forma remota del dispositivo infectado.
Como recomendaciones, se aconseja descargar las apps solamente desde las fuentes oficiales, bloquear las suscripciones a números premium a través del operador móvil. Es interesante también contar con soluciones de seguridad instaladas (también en el móvil) y en el caso de los más pequeños, acompañarles en el uso del smartphone para evitar este tipo de sobresaltos.