Estamos acostumbrados a la frase: “X ha venido para quedarse”, donde la X puede ser sustituida por cualquier tecnología o tendencia que nos apetezca.
Una de estas tecnologías de las que se está hablando, y mucho, en los últimos años es blockchain. La famosa cadena de bloques todavía es una enorme desconocida para el público general, que conoce el término pero no realmente su significado ni su utilidad.
Y quizás no sea muy necesario que se pongan al día, en la opinión de algunos especialistas.
Alex Preukschat, coordinador de Blockchain España, pone en duda el futuro de una tecnología en la que “lo único que funciona hoy por hoy es el Bitcoin”. Así lo explicaba en la última jornada JuevesISACA organizada por ISACAMadrid Chapter sobre el presente y futuro de blockchain, que el especialista describe como “una base de datos descentralizada en red”.
El experto comparó el actual momento de blockchain con lo ocurrido cuando irrumpió internet, allá por 1991, cuando “nadie sabía a dónde iba a llegar”, alegando que se está cuestionando esta tecnología por el “mero hecho de ser nueva”. En su opinión, eso no significa que vaya a funcionar, hay tantas posibilidades de triunfe como que de fracase.
Blockchain, íntimamente ligado al bitcoin
Insistiendo en su relación con la criptomoneda más popular, Preukschat admite que actualmente “blockchain es bitcoin” porque es lo primero que hubo, allá por 2009, En 2015 se produjo “el boom del crecimiento de su precio”, que lo puso en titulares de todo el mundo.
Ese aumento de valor, explica el experto, se debió a la aparición de un artículo sobre cómo comprar estupefacientes e internet, concretamente en la popular dark web Silk Road, lo que le aportó en ese momento una imagen negativa.
Las sucesivas menciones a blockchain en los medios han ido ligadas a la creciente popularidad de la criptomoneda de Satoshi Nakamoto, seudónimo de la persona (o personas) que crearon el bitcoin. Y a su vez, dicha popularidad ha estado vinculada al incremento en su precio.
En 2017, el bitcoin pasaba de valer 1.000 dólares a 20.000. Algunos expertos situaban la cifra récord que sería capaz de alcanzar en los 50.000 dólares, cosa que aún no ha ocurrido.
Las cosas han cambiado. En el momento de escribir estas líneas el valor de la criptomoneda es de 5.200 dólares, unos 4.600 euros.
“Blockchain es una tecnología que probablemente no se quede”
Para el experto, independientemente de las fluctuaciones o posibles burbujas que haya podido sufrir la criptomoneda, la clave está en el uso que actualmente se da a la tecnología blockchain, que básicamente son las blockchain públicas y las privadas.
En cuanto a las públicas, para Preukschat ofrecen acceso a todo el mundo y la validación se realiza mediante el trabajo de los mineros pero son “meramente especulativas”.
Las privadas, son básicamente libros contables distribuidos, “que confían en su propia red”, redes para consorcios cerrados (como por ejemplo grupos bancarios) con acceso restringido.
Preukschat destaca que lo interesante de la cadena de bloques es que “aporta la descentralización, que podría reorganizar la estructura social clásica que se instaló con la revolución industrial”, aunque admite que “es una tecnología probablemente no se quede”, a pesar del “dinero que está moviendo ahora”.
Voces discordantes
Otros expertos, sin embargo, sí apuestan por esta tecnología, y la colocan al lado de otras como la inteligencia artificial o el big data. “Así lo coloca la OCDE”, explica por su parte Pablo García Mexía, letrado de las Cortes y autor del libro Criptoderecho, la regulación de blockchain, quien resalta que se prevé que para 2028, el 10% del PIB mundial esté almacenado en cadenas de bloques.
Sin embargo, García Mexía admite que no está calando entre el público especializado, debido a que nos encontramos en una fase de criptoescepticismo.
Actualmente, es en el sector financiero donde esta tecnología se está desarrollando más.
En Estados Unidos, en lo que va de año se han invertido 335 millones de dólares en tecnología blockchain, y se espera que llegue a mil millones en 2020.