Ciberataques como el ransomware, la ingeniería social y otras muchas técnicas usadas por los cibercriminales tienen un único objetivo: los datos. Información que tiene mucho valor y que pueden rentabilizar transformándola en mucho dinero.

No hay duda de que vivimos en la era de la información, y los datos son uno de los activos más importantes, no solo para las empresas, sino también para todos los usuarios. El problema es que a pesar de ello, aún no somos lo suficientemente conscientes de que algo tan valioso debe ser protegido, aunque sea un activo tan intangible.

Es por ello que no se ponen todas las medidas necesarias de ciberseguridad, ni todo el esfuerzo debido en concienciarnos y poner las herramientas adecuadas para proteger esos datos. El resultado es que los ciberataques que tienen como objetivo el robo de esa información están en constante crecimiento.

El ransomware, por ejemplo, ha supuesto el último año una pérdida media de 2.500 dólares para las empresas, llegando a la astronómica cifra de más de 900.000 dólares por un solo rescate.

¿Cuánto estamos dispuestos a pagar?

El problema radica en que si no se ponen las medidas adecuadas, en ocasiones a usuarios y empresas les ha «tocado pagar» para recuperar sus datos. Algo que las autoridades y agentes policiales aconsejan no hacer en ningún caso. En primer lugar, porque se está financiando el cibercrimen, y en segundo lugar, porque nadie asegura que se vayan a recuperar los datos o que el ciberdelincuente no aproveche la ocasión de que se ha realizado un primer pago para seguir chantajeando todo lo posible. Pero, ¿estaríamos dispuestos a pagar? ¿y cuánto?

Pues bien, el 85% de los españoles (8 de cada 10) estaría dispuesto a pagar hasta 1.000€ para recuperar sus datos más importantes. Sin embargo, a pesar de que estos datos reflejan la importancia que tiene la información privada para la población española, el nivel de seguridad de un dispositivo de almacenamiento no es una prioridad para los españoles, dado que se sitúa por detrás de aspectos como la capacidad y el precio dentro de las características más valoradas a la hora de adquirir uno de estos productos.

Así lo revela un reciente estudio de Kingston, que aprovecha para señalar tres aspectos fundamentales para proteger y asegurar esa información. Y además, que no tengamos que ponernos en la tesitura de si pagar o no.

Hacer copias de seguridad

Es la medida de protección más básica y más repetida, pero que sigue sin cumplirse como debería por usuarios y empresas.

Crear copias de seguridad de nuestra información nos permite que, si por cualquier motivo nuestro dispositivo se estropea y no podemos acceder a esa información, disponemos de otra copia. A ser posible, debe realizarse en varios dispositivos distintos y que no estén conectados a la misma red que el equipo principal.

Sin embargo, a pesar de ser una solución básica, los datos de Kingston reflejan que todavía el 72% de los españoles nunca realiza copia de seguridad, poniendo así en riesgo información.

Cifrado de datos

El cifrado es otra de las soluciones tecnológicas que nos permiten proteger la información que. Ya sea por hardware o por software, es una herramienta de protección de datos que ofrece garantías y que no requiere de grandes conocimientos técnicos para ser utilizada.

Pensemos por ejemplo que si nos roban un portátil y no hemos cifrado la información contenida en su disco duro, cualquiera podría extraerlo y usarlo como un disco duro portátil y obtener en claro toda esa información, si no ha sido cifrada.

En el caso de los pendrive USB es especialmente peligroso. El 62% de los españoles ha perdido uno de estos dispositivos.

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