Internet es, no cabe duda, el universo del conocimiento. Cantidades ingentes de información de cualquier tema que se nos ocurra están a solo un par de clics de distancia: artículos, ensayos, estudios, asignaturas completas, tesis… Combinadas con otro tipo de contenidos enfocados al ocio (como vídeos, libros, películas o música) hace que sea realmente el mundo en el que vivimos. Y sobre todo, el lugar en el que nos informamos.

Sin embargo, no todo es tan bonito en la red. Al amparo de una presunta anonimidad y explotando la falta de concienciación de muchos usuarios, corren por la red infinidad de peligros en forma de mentiras, bulos, estafas o fake news. Hasta el punto de llegar a convertirse en un problema muy serio y que difícilmente va a tener una solución a corto plazo.

Fake news: hay un 70% más de probabilidades de que compartas una noticia falsa que una verdadera

 

Se habla de soluciones de inteligencia artificial para atajar el incesante aumento de toda esa información falsa, pero realmente lo único verdaderamente efectivo a la hora de atajar el problema es la formación y concienciación de los usuarios.

Porque a pesar de que a nadie le quepa en la cabeza que te puedan regalar unas RayBan o un iPhone por compartir un artículo o dar un like, no dejamos de ver en nuestros muros en redes sociales cantidad de “regalos” de ese tipo compartidos por amigos (o conocidos) a los que se les supone un cierto criterio.

deberíamos fomentar el hábito de “poner en cuarentena” todo lo que veamos en la red

O aunque parece ser un sinsentido saber a qué actor de Juego de Tronos te pareces o qué profesión habrías tenido si hubieras nacido 100 años antes (o después), constantemente vemos ese tipo de juegos en nuestros contactos de la red cuando lo único que pretenden es hacerse con su información personal, si es que no acceden a cosas más críticas.

En internet, como en la vida, nada es gratis y nadie regala nada si no es a cambio de algo. En la gran mayoría de ocasiones, esos clics para dar un like o compartir lleva aparejado la infección con algún tipo de malware comprometiendo nuestro dispositivo y/o información personal.

¿Qué podemos hacer para no caer en la trampa de estas estafas?

La recomendación fundamental es siempre la misma: sentido común. No debemos creer todo lo que vemos en internet. Es más, deberíamos fomentar el hábito de “poner en cuarentena” todo aquello que veamos. Todo. Al menos hasta que hagamos alguna comprobación de la veracidad de lo que estamos viendo, ya sea imagen, vídeo, noticia, oferta o regalo. Todo debería ser verificado antes de creerlo.

Una lectura en profundidad (no en diagonal, que es como solemos leer todo hoy en día) podría darnos pistas de que lo que nos han mandado es falso. Normalmente la redacción no es buena, teniendo en muchas ocasiones faltas ortográficas y/o gramaticales.

Además, suelen ser demasiado generales en la exposición y, en caso de detallar, lo hacen en exceso, cayendo en contradicciones evidentes.

Si ese artículo u oferta que nos ha llegado “requiere” instalarnos algún tipo de complemento para ver la información completa (del tipo que sea: vídeo, imágenes o artículo completo) es una estafa casi con toda seguridad. Teniendo el software y sistema operativo de nuestro dispositivo actualizado a la última versión no necesitaremos instalar nada “extra” para poder ver cualquier cosa. En esa instalación presuntamente necesaria se esconde el malware que infectará nuestro dispositivo.

En otras ocasiones nos piden compartir para poder ver el contenido. Desconfía también. Al menos hasta haber chequeado que la URL a la que apunta ese botón de compartir no conduce en realidad a una dirección maliciosa.

Normalmente este tipo de estafas y bulos piden que lo reenvíes para llegar a más gente, además de hacer referencia a empresas conocidas o instituciones para darse más credibilidad. Una vez más, el sentido común nos dice que en la gran mayoría de casos, será falso. Cualquier compañía grande tiene los medios necesarios para llegar a su target sin necesidad de pedir a los usuarios que reenvíen sus mensajes.

Fake news y deepfake

Un caso especial de bulos y mentiras son las denominadas fake news, que no deja de ser contenido falso creado en internet y, normalmente, para internet.

El problema es que, en el caso de las fake news, se crean para crear corrientes de opinión que pueden llegar incluso a desestabilizar a un gobierno o hacer variar el resultado de unas elecciones.

Una vez más el sentido común, poniendo en cuarentena todo aquello que leamos, y el tener distintas fuentes de información nos permitirán contrastar esas noticias para saber hasta qué punto son verídicas o no.

La última vuelta de tuerca al tema de las fake news son los vídeos o audios deepfake. Creados gracias a la capacidad de proceso de equipos alimentados con inteligencia artificial se trata de vídeos en los que nada es lo que parece: discursos imposibles de ser defendidos por quien estamos viendo que lo hacen, escenas que jamás estaría protagonizando quién lo está haciendo, nada es real.

Mediante el análisis y tratamiento de muchos miles de fotografías se consigue adaptar la expresión facial del protagonista para adaptarlo a la situación o el discurso deseado. Los resultados son increíbles desde el punto de vista técnico y aterradores desde el ético y moral.

¿Y si Will Smith hubiese aceptado protagonizar la saga The Matrix?

 

¿Te imaginas a Jim Carrey protagonizando la película El resplandor en el lugar de Jack Nicholson?

¿O a Tom Cruise interpretando a Iron Man?

¿O (¿por qué no?) a ti mismo protagonizando Titanic?

Eso es lo que ofrece la última app china del momento, Zao. Todo parece terroríficamente real. Pero no lo es.

En internet nada es lo que parece. No debemos fiarnos de lo que leemos, pero tampoco ya de lo que vemos u oímos.

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