Cuarenta años han pasado desde que se firmase el primer tratado internacional de protección de datos en Europa y quince desde que se celebró el primer Día Internacional. Mucho ha llovido desde entonces. Tanto que, ahora más que nunca, hemos empezado a ser realmente conscientes de la necesidad de mantener a buen recaudo nuestra información personal.
El claro ejemplo lo vivíamos con la polémica de WhatsApp, de la que dos han sido las consecuencias inmediatas: la estampida de varios millones de usuarios a Telegram y la decisión de posponer la entrada en vigor de los criticados términos de uso al mes de mayo.
No hay duda de que la crisis sanitaria tiene mucho que ver en el cambio de mentalidad. Por un lado, la proliferación de aplicaciones de móvil para rastrear contactos de Covid-19 ha hecho que los ciudadanos se preguntaran sobre la confianza que debían depositar en las mismas. A día de hoy ninguna de ellas cumple los propósitos para los que fueron diseñadas, puesto que la premisa era lograr que la mayoría de la población las instalara en sus smartphones. En España, incluso, Radar COVID ha sido denunciada por una posible vulneración de la normativa de protección de datos.
Por otro lado, el aumento del teletrabajo y de las compras online incentivadas por las circunstancias, ha hecho que los riesgos de ciberseguridad y las brechas de datos hayan crecido con la misma intensidad. Lo interesante de todo esto es el aprendizaje que tanto empresas como usuarios hemos obtenido. De hecho, desde el punto de vista empresarial, empiezan a atisbarse ciertos cambios que repercutirán positivamente en la salvaguarda de la información más delicada.
La privacidad, camino de convertirse en el valor añadido empresarial
¿Cuántas veces hemos oído aquello de “cuando un servicio es gratis es que el producto eres tú”? Aplicaciones, programas, páginas web, redes sociales, portales de venta… en todos ellos dejamos un rastro altamente valioso. Lo sabíamos desde hace tiempo, pero es en la actualidad cuando estamos mostrando una actitud más recelosa que no ha pasado desapercibida para empresas de cualquier sector.
Un directivo de Facebook, por ejemplo, hacía unas declaraciones al respecto que deben hacernos conscientes del poder de presión que ejercemos como consumidores. El trabajador en cuestión es Andrew Bosworth, vicepresidente de Facebook. Ha trascendido una nota interna, obtenida por el medio Big Technology, que Bosworth envió a los trabajadores pidiendo que se primase la privacidad incluso “en detrimento de la experiencia de usuario”. La nota era de finales de año y a la vista de los acontecimientos no iba mal encaminado.
Por su parte, Microsoft Edge 88 ha adoptado nuevas medidas de privacidad, ofreciendo la opción de habilitar la prevención de seguimiento en modo estricto o de disponer de un gestor de contraseñas. Tampoco debemos olvidar los cambios en la Ley de Cookies. Actualizada el pasado verano, prima ante todo el consentimiento del usuario por encima de los intereses comerciales. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) facilita la guía sobre su uso.
Por último, a nivel nacional encontramos una propuesta de la AEDP enmarcada dentro de la celebración del Día Internacional de la Protección de Datos. Se trata del I Foro de Privacidad, Innovación y Sostenibilidad en el que se dará a conocer el Pacto Digital para la Protección de las Personas. A ese pacto ya hay adheridas más de cuarenta marcas de diversos ámbitos.
¿El miedo motiva para proteger la privacidad de clientes y usuarios?
No sería de extrañar si nos fijamos en las últimas multas impuestas por violar las normas de protección de datos:
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CaixaBank: un cliente acudió a la AEPD para denunciar que la entidad bancaria le había obligado a aceptar nuevas condiciones de protección de datos en las que se incluía la cesión de los mismos a empresas pertenecientes al conglomerado de CaixaBank. La multa asciende a los seis millones de euros.
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BBVA: tendrá que pagar 5 millones de euros por vulnerar el Reglamento General de Protección de Datos.
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Grindr: la App de citas acaba de ser sancionada con una multa de casi 10 millones de euros por filtrar datos de los usuarios a sus anunciantes.
Cualquier razón que esté llevando a las compañías a devolver la privacidad al espacio que nunca debió perder es una buena noticia. No obstante, mantente alerta y recuerda que hay una serie de derechos que te amparan, como el de rectificación, supresión y oposición. Cuida tus contraseñas, guarda copias de seguridad y evita hacer clics indiscriminadamente, pues el phishing está al acecho. Te dejamos algunos consejos que esperamos te sirvan para disfrutar de una navegación más segura.