¿Puede una empresa sostenerse a base de marketing? ¿Cómo mantener intacta la fidelidad de los clientes? ¿Es suficiente con ofrecer un buen producto y un excelente servicio al cliente? Son muchas las preguntas que las empresas deben hacerse para mantener la confianza de su público, y no todas las respuestas las da la publicidad y el servicio “bueno, bonito, barato”. filtración 

Si bien hacerse con una excelente reputación y estar en el “top of mind” del consumidor cuesta años de trabajo, esos buenos resultados pueden esfumarse por errores en la ciberseguridad. La pandemia ha incentivado la preocupación por la privacidad, una tendencia que, sin duda, pide a gritos implicación desde el punto de vista empresarial.

El Índice de Confianza Digital publicado por Okta viene a confirmar lo que ya intuíamos en otoño: la fuga de clientes a causa de brechas de seguridad es un riesgo real. El 41% de los consumidores españoles dejaron de utilizar productos y servicios de una empresa tras un ciberataque que puso en riesgo información confidencial. Y es que más allá de que el producto llegue a tiempo y en buenas condiciones, también nos preocupan aspectos como el acceso seguro a través de la autenticación multifactorial y la hoja de ruta empresarial sobre tratamiento, protección y venta de datos.

Ese porcentaje no es el único que se desprende de una encuesta realizada a finales de año a más de 13.000 empleados de oficina, entre ellos un millar de españoles. Casi dos quintas partes de los encuestados en nuestro país afirma haber retirado su confianza a empresas que han sufrido una filtración de datos. Además, el 46% manifiesta desconfianza a la hora de comprar en un sitio web del que no hayan oído hablar previamente.

A esa falta de confianza por parte del consumidor se suma incluso la de los propios empleados. El 20% de los trabajadores encuestados afirmaron que su empleador no había implementado nuevas estrategias para frenar los ataques relacionados con la pandemia. Más de un tercio dice desconocer si su organización ha tomado medidas de seguridad adicionales.

Ciberseguridad como parte de la estrategia de fidelización

La encuesta da pistas, como vemos, sobre los asuntos que deben hacer reflexionar a las empresas, aunque la responsabilidad no debería repercutir solo en ellas. Un amplio sector de la población no le da aún la importancia que debería al tratamiento que hacen terceros de su información personal. Los jóvenes, de hecho, son bastante tolerantes a una mala gestión de los datos. Sólo el 33% de los internautas entre 18 y 14 años dejó de usar un servicio de manera permanente tras una filtración, frente al casi 50% de usuarios entre 45 y 54 años.

¿En qué centrar los esfuerzos entonces? Los expertos apuestan por la transparencia con el personal que trabaja en remoto, haciéndoles conocedores de las nuevas políticas de ciberseguridad que se pongan en marcha para fomentar su compromiso. Hace falta más formación interna para evitar las trampas como el phishing, actualizar el plan de seguridad y demostrar su eficacia.

La ética de los datos toma fuerza y es la garantía que buscan actualmente los clientes. Por ello, reducir el riesgo de infracciones se convierte en mandamiento irrenunciable para satisfacer sus expectativas. Ese es el valor añadido que ofrecer y el complemento ideal y requerido de la estrategia de marketing.

Consulta aquí las prácticas de ciberseguridad que mejor funcionan y recomendaciones adicionales que pueden ayudarte.

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