No importa cuantas contraseñas te inventes, porque solo te hace falta una. Los usuarios están cansados de escuchar los mismos consejos una y otra vez: “cambia tu contraseña con regularidad”, “utiliza una diferente para cada sitio” y “usa la autenticación de dos factores”, como si eso no supusiera un desgaste por lo reiterativo. Afortunadamente, la autenticación por voz se presenta como la contraseña maestra, dispuesta a marcar el futuro de la seguridad digital.
Hace un tiempo leí acerca de la ciberfatiga y lo inevitable que resulta. Los propios sistemas de seguridad son los principales culpables de este efecto en el usuario, pues han convertido las tareas de prevención en una carrera de obstáculos. Esto nos conduce a una situación peligrosa, ya que nos terminamos cansando de tomar precauciones en la red y no prestamos tanta atención. Las formaciones no hacen más que hacerlo todo aún más farragoso.
El 81% de las filtraciones de datos se producen por contraseñas comprometidas, débiles o reutilizadas, según un informe de Verizon. La sintomatología nos muestra que las personas se han cansado de las contraseñas y que el mundo se ha acostumbrado a la necesidad de utilizarlas para todo. A medida que aumenta la cantidad de contraseñas que los usuarios deben acumular, el problema solo se intensifica.
La biometría de voz convence
Existen sitios web que pueden revelar cuáles de tus contraseñas han sido probablemente vulneradas. Es una información que perfectamente podría estar circulando por la dark web. Incluso tomarse la molestia de cambiarlas podría ser una acción ya tardía o, mejor dicho, una causa perdida.
Sin embargo, existen soluciones para crear este mundo passwordless. Están surgiendo nuevas tecnologías biométricas, desde la autenticación por voz hasta la biometría del comportamiento. Un punto a favor es que los usuarios ya están bastante familiarizados con el control por voz para hacer consultas en su dispositivo móvil o altavoz inteligente.
El sistema biométrico convence. El 70% de los usuarios piensa que la biometría es más rápida que las contraseñas y el 61% opina que es más fácil de utilizar, según datos de AYTM Market Research.
En este sentido, no parece que será necesario un proceso de profunda evangelización para convertir la voz en la nueva contraseña, sabiéndose fiable y fácil de utilizar. Las organizaciones tienen por delante una oportunidad para demostrar el valor de la voz a sus clientes si quieren aumentar su seguridad. Incluso es conveniente combinar este método con el reconocimiento facial para conformar una serie de capas de protección.
Comercios minoristas, entidades financieras y otros sectores orientados al cliente deben adelantarse y apelar a ese usuario fatigado por el uso de las contraseñas que grita en silencio cada vez que tiene que revisar su correo o bandeja de SMS en busca de un código para verificar su identidad en un proceso de registro o login. La tecnología no solo tiene que evolucionar para ser más segura, sino también más amigable.