Una de cada cinco empresas europeas puede tardar en cubrir un puesto para solventar sus habilidades en privacidad más de seis meses. Esto pone de manifiesto la necesidad de que las organizaciones capaciten a sus empleados y recluten a los profesionales necesarios para dar respuesta a estas necesidades.
Las empresas europeas son cada vez más conscientes de la importancia que tiene la privacidad, pero implementarla de manera efectiva no les resulta una tarea sencilla. Así al menos se desprende de un reciente informe publicado por ISACA, según el cual, el 87% de las organizaciones europeas ofrecen capacitación sobre privacidad a los empleados.
Sin embargo, el 94% reconoce que sufren una brecha en las habilidades en privacidad dentro de su negocio. En este sentido, el 59% de los equipos de privacidad técnica en Europa no disponen de suficiente personal, lo que provoca que una de cada cinco empresas manifieste que tardan más de seis meses en cubrir un puesto de privacidad técnica.
Pero no se trata solo de un tema de recursos humanos, también hay un aspecto económico que influye en esta falta de profesionales. El 41% de las empresas que han participado en este estudio señala que sus presupuestos para privacidad no tienen fondos suficientes.
El crecimiento en las amenazas de ciberseguridad eleva aún más las necesidades en poner freno a esta brecha en las habilidades en temas de privacidad. No obstante, no es la única causa.
De acuerdo con este estudio, los principales problemas que experimentan las empresas europeas están relacionados por la falta de capacitación, o una capacitación deficiente, en casi la mitad de los casos. Asimismo, el 38% señala las violaciones de datos y, un 39%, por no practicar la privacidad por diseño.
Cómo abordar las necesidades en privacidad
Estos resultados también tienen una lectura positiva, ya que la demanda de habilidades de privacidad conlleva nuevas oportunidades para los profesionales que trabajan, o quieren trabajar en este campo.
Para Chris Dimitriadis, director de estrategia global de ISACA, los profesionales de la privacidad juegan un papel clave en el establecimiento de la confianza digital. «A medida que avanza la tecnología, se introducen nuevas complejidades y amenazas y según el panorama de ciberamenazas aumenta en tamaño y sofisticación, la demanda de estas personas crecerá», destaca el responsable.
Esta creciente demanda de habilidades de privacidad favorecerá a aquellos con conocimientos en tecnologías de privacidad, aunque no resultará tan positivo para las empresas que luchan por cerrar la brecha de habilidades de privacidad.
A tenor de los resultados de este informe, ISACA insta a las empresas a cambiar su enfoque para cerrar la brecha de habilidades de privacidad, advirtiendo que, de no hacerlo, podrían poner en peligro sus relaciones con los clientes y dañar su reputación.
Una de las recomendaciones que deben tener en cuenta es que buscar solo candidatos con experiencia específica y habilidades técnicas de privacidad es una mentalidad obsoleta ya que limita a las empresas a un pequeño grupo de personas.
En cambio, las organizaciones deben apoyarse en capacitar a las personas en roles que no son de privacidad, aprovechando a los empleados con los que ya cuentan y centrándose en aquellas personas con las habilidades blandas adecuadas para reducir la brecha de habilidades de privacidad.