Ante la constante escalada de las amenazas de ciberseguridad, se espera que estas tendrán un mayor impacto este año en las vidas cotidianas de miles de personas. Esto llevará a que, en 2023, las empresas que no hayan invertido lo suficiente en seguridad tengan una presión añadida.

La mayoría de las predicciones están diseñadas para ayudar a las organizaciones a desarrollar estrategias que les permitan abordarlas fácilmente. En el ámbito de la ciberseguridad, las tendencias no suelen evolucionar lentamente, sino que suelen desarrollarse con rapidez y su impacto va más allá de una empresa o individuo, y lo hacen en la sociedad en general.

Este año, se espera que, más allá de las tendencias en ciberseguridad que afectarán al ámbito corporativo, también destaquen aquellas que tendrán un impacto directo en la vida cotidiana de miles de personas.

Los consumidores impulsarán medidas de seguridad y privacidad

Sin duda, los consumidores están impulsando muchas de las innovaciones que las empresas acometen hoy en día. Sin embargo, se muestran cada vez más preocupados por la forma en que las compañías tratan sus datos personales.

Por eso, una de las tendencias que veremos este año será un impulso de la seguridad y la privacidad centrada en los datos como puntos clave para que las empresas refuercen sus marcas.

La digitalización de los negocios lleva a que las organizaciones tengan relaciones cada vez más directas con los consumidores y, como resultado, recopilan más datos a través de los distintos canales. La proliferación de regulaciones y el creciente escrutinio de las autoridades ha llevado a que los consumidores sean cada vez más conscientes de lo que hacen las organizaciones con sus datos y la necesidad de que se respete la privacidad y las elecciones de los consumidores.

Por eso, en 2023 veremos cómo exigirán una mayor transparencia en torno a sus programas de privacidad y seguridad de datos, y empezarán a tomar sus decisiones en función de qué compañía está haciendo más para proteger su información personal.

Si las organizaciones no tienen una comprensión sólida de cómo se procesan los datos de los consumidores, tendrán dificultades para proteger o mejorar su confianza y correrá el riesgo de dañar su marca corporativa.

Por eso deben definir qué significa la confianza para ellas, desarrollar métricas clave para rastrear el sentimiento del cliente y medir cómo sus acciones e iniciativas impactan ese sentimiento a lo largo del tiempo.

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Las actividades patrocinadas por Estados

Las amenazas patrocinadas por Estados son una tendencia que vemos todos los años, pero este año tendrán una connotación diferente ante la gran actividad patrocinada por Estados como Rusia, China e Irán, envueltos en distintos conflictos.

De hecho, en el último año, hemos visto la invasión de Ucrania por parte de Rusia, un empeoramiento de la relación entre China y Occidente, y una creciente preocupación en Irán por la actividad de los disidentes y las presiones sobre el régimen, tanto internamente como en el extranjero.

Todos esos factores afectan a las actividades de los grupos de ciberdelincuentes patrocinadas por distintos Estados, lo que se reflejará en lo que hagan este año.

Si bien las amenazas como el ransomware suponen un riesgo similar para todas las organizaciones que carecen de defensas de ciberseguridad sólidas en todos los sectores, las amenazas patrocinadas por Estados suelen ser más específicas.

A medida que aumentan las tensiones políticas en estos países, se espera que los actores maliciosos lo aprovechen eso para ampliar sus ataques.

Algunos sectores o países siempre han estado en mayor riesgo de ataques patrocinados por Estados, pero 2023 puede ser el año en que aumente el riesgo contra los sectores de infraestructura crítica, gobiernos y empresas de alta tecnología, especialmente si un Estado ve interferencia externa.

Medidas para mejorar la ciberseguridad

Estas tendencias pueden llevar a ciberataques con costes humanos para miles de ciudadanos de cualquier parte del mundo.

Algunos expertos apuntan que, ante esta coyuntura, los directivos, las cúpulas directivas y los auditores exijan mejores informes de ciberseguridad sobre el riesgo existente para tomar las medidas necesarias para hacerles frente.

Estas partes interesadas pedirán cada vez más a los CISO que informen sobre su postura defensiva con respecto a los ataques que pueden tener un impacto material en la organización, pero también en la sociedad.

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