Twitter ha denunciado la filtración de parte de su código fuente en GitHub, solicitando que se identifique a la persona que lo ha compartido. La popular red social teme que puedan utilizar el código fuente para buscar vulnerabilidades, conseguir información de usuarios o atacarla.

GitHub ya ha eliminado una parte del código fuente de Twitter que llevaba meses expuesto en su repositorio, sin embargo, durante este tiempo, son muchos los actores maliciosos que han podido hacerse con él.

El pasado viernes, el equipo legal de Twitter presentaba una denuncia en el Tribunal para el Distrito Norte de California solicitando la retirada de la parte de su código fuente publicada en el repositorio de GitHub. Además, también pedía todos los datos relacionados con el usuario que los había publicado para saber quién está detrás de esta filtración, de la que sospechan que puede tratarse de un exempleado.

Por el momento, como apunta The New York Times, lo único que se sabe es que publicó el código con el seudónimo ‘FreeSpeechEnthusiast’ (Entusiasta de la Libertad de Expresión). Esto ha llevado a pensar que se trata de un antiguo empleado afectado por los despidos de Twitter y disconforme con las medidas de Elon Musk.

De hecho, se sospecha que este apodo hace referencia a esa aclamada libertada de expresión que ha llevado a Musk a reinstaurar cuentas que estaban bloqueadas en la red social por violar las normas de la plataforma.

Asimismo, otro dato que ha trascendido es que este usuario se registró en GitHub el pasado 3 de enero, fecha en la que publicó esa parte del código de Twitter y no ha vuelto a acceder ni publicar nada más.

Los problemas pasan factura a Twitter

A lo largo de estos casi tres meses desde su filtración, han sido muchos los que han podido hacerse con este código. No obstante, desde el equipo legal de Twitter apuntan que se trata solo de un fragmento de código, si bien temen que pueda utilizarse para detectar vulnerabilidades de cara a futuros ataques.

Estos hechos se producen coincidiendo con la prometida publicación del código del algoritmo de recomendación de la red social, algo que finalmente se ha retrasado.

Sin duda, esta filtración supone un problema añadido a los que acumula la compañía desde que Elon Musk se hizo con ella el pasado mes de octubre por 44.000 millones de dólares. Desde entonces, Twitter se ha enfrentado a despidos masivos, interrupciones, cambios en la moderación del contenido y debates sobre el equilibrio entre la libertad de expresión y la seguridad online.

Además, las caídas que ha sufrido interrumpiendo su funcionamiento ha hecho que los anunciantes se muestren escépticos sobre la publicación de sus anuncios en la plataforma. A esto se le suma que la pasada semana, Musk envió un correo electrónico a los empleados en el que apuntaba que Twitter valía alrededor de 20.000 millones de dólares, menos de la mitad del precio por el que la compró.

Para evitar la bancarrota y agilizar las operaciones, la empresa se someterá a cambios radicales que incluyen despidos masivos y reducción de costes. A partir del 1 de abril, la compañía también cobrará a los usuarios 7 dólares al mes por obtener la verificación con marca azul. ¿Será suficiente para seguir adelante?

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