La guerra cibernética entre Rusia y Ucrania sigue siendo un tema en constante evolución. El último incidente con relación al conflicto bélico cibernético ha sido contra Rusia, donde un ciberataque masivo ha provocado la caída del servicio de internet Akado-Telecom en Rusia.

Este ciberataque masivo ha sido efectuado por «cibervoluntarios desconocidos» contra los servicios de internet del proveedor Akado-Telecom en Rusia. Akado–Telekom es el operador de la red de comunicación multiservicio más grande de la región de Moscú. La empresa fue fundada en junio de 1992 con el objetivo de crear un único espacio de información y comunicaciones en Moscú.

Este proveedor de servicios de internet es ampliamente utilizado por instituciones públicas rusas, incluyendo el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB), la Agencia de Comunicaciones y la Información del Estado (FSO), las administraciones gubernamentales regionales y el gigante bancario estatal Sberbank.

Según informa la inteligencia militar ucraniana (GUR) en su cuenta de Telegram, los problemas comenzaron a declararse el 21 y el 22 de enero, cuando los usuarios rusos comenzaron a quejarse masivamente de la falta de acceso a internet y la imposibilidad de ponerse en contacto con el servicio de asistencia de Akado. El GUR ucraniano ha señalado que estos problemas están dificultando o incluso impidiendo las actividades normales de las instituciones públicas rusas.

Las autoridades rusas aún no han hecho declaraciones públicas sobre la naturaleza del incidente a Akado-Telekom ni sobre sus consecuencias.

Las “armas” en los ciberataques entre Rusia y Ucrania

En el contexto de la ciberguerra, los Estados financian a ciberdelincuentes altamente capacitados cuyo objetivo principal es provocar daños graves en todos los sistemas informáticos posibles del adversario.

Las dos armas más comúnmente empleadas en este tipo de conflictos son:

  • Ransomware: Es común el uso de ransomware destinado a la destrucción de datos. Por ejemplo, en 2017, Estados Unidos y el Reino Unido acusaron a Rusia de crear el ransomware NotPetya, que se consideró el «ciberataque más destructivo y costoso de la historia» hasta ese momento. Aunque el objetivo inicial de este ciberataque probablemente era Ucrania, se propagó rápidamente y causó daños en varios países, con costos que ascendieron a miles de millones de dólares.
  • Ataques DDoS: Los ataques DDoS, o ataques de denegación de servicio distribuido, son una forma de ataque cibernético en la que un atacante intenta hacer que un servicio en línea o un sitio web sea inaccesible al abrumarlo con un gran volumen de tráfico o solicitudes simultáneas.  Estos ataques se denominan «distribuidos» porque a menudo involucran una red de dispositivos comprometidos, conocidos como «botnets», que son controlados por el atacante.

Guerra cibernética entre Rusia y Ucrania

La red se ha convertido en un componente esencial del conflicto ruso-ucraniano que sigue activo. Este no es el primer incidente de este tipo que afecta a las infraestructuras críticas en la región.

Hace poco, el banco en línea ucraniano Monobank denunció un ataque masivo de tipo DDoS (Denegación de Servicio Distribuido), con más de 580 millones de solicitudes de conexión simultáneas.

En diciembre del año pasado, Kyivstar, la principal empresa de telefonía en Ucrania, fue víctima de otro ciberataque que dejó a millones de ucranianos sin servicio durante varios días. La capacidad de los atacantes para interrumpir los servicios esenciales ha generado una creciente preocupación en la región.

Además de los ataques en Ucrania, recientemente se informó que ciberdelincuentes ucranianos lograron acceder a la base de datos de uno de los principales bancos rusos, lo que resultó en la filtración de datos personales de millones de clientes. Este incidente ha aumentado la tensión cibernética entre Rusia y Ucrania.

Se espera que ambas partes continúen utilizando tácticas cibernéticas como una extensión de su conflicto, lo que plantea desafíos significativos en el ciberespacio y la seguridad internacional.

 

Periodista especializada en ciberseguridad y tecnología. Mi enfoque se centra en analizar mundo de las aplicaciones y la seguridad especialmente en redes sociales. Con un interés constante en informar sobre avances, riesgos y sin olvidar la importancia de la prevención, busco compartir información precisa y comprensible para el usuario.

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