Europa se enfrenta al difícil reto de asumir su objetivo de alcanzar los 20 millones de profesionales de TIC en 2030, de tal modo que calcula que actualmente faltan unos 11 millones de trabajadores. Pese al trabajo que se viene realizando por incentivar las inversiones en empresas privadas, en I+D y en formación cualificada, desde la Comisión Europea se aboga por adoptar el sistema educativo a escala mundial, reconvertir la mano de obra existente y adaptar el estilo de vida a las nuevas tecnologías, creando nuevos expertos en ciberseguridad, entre otras profesiones.
En su informe Joint Employment Report 2023, la Comisión Europea alerta de la escasez de mano de obra en todos los países, especialmente en sectores que no se han recuperado tras la pandemia como son la atención médica, el transporte, la construcción, la ingeniería y especialmente, el desarrollo de software y altas tecnologías, como expertos en ciberseguridad.
Se requieren perfiles más técnicos en los sectores científicos y tecnológicos vinculados a la información. Se aprecia una falta de habilidades por parte del personal, que no está formado en materias clave como la ciberseguridad, que avanza a un ritmo frenético. Algo similar ocurre con la IA, que supone un gran reto para la UE en la actualidad.
El hándicap de la brecha de género
El informe sobre el Empleo y Desarrollo Social en Europa se centra en la baja representación en el mercado laboral de ciertos grupos poblacionales, especialmente de jóvenes, personas con discapacidad y mujeres. De hecho, solo el 17% de los expertos en TIC son mujeres.
La situación de futuro
La Comisión Europea ve fundamental asignar 64.800 millones de euros procedentes del presupuesto de la UE y de los fondos NextGeneration para impulsar las políticas de empleo tecnológico en los Estados miembro.
La tendencia demográfica advierte que, a corto plazo, podría generarse una mano de obra de menor calidad y afectada por el aumento del envejecimiento paulatino de la población europea. De hecho, se estima un descenso del 2,64% en la población en edad laboral, que se espera que pase de los 265 millones de personas en 2022 a los 258 millones de personas en 2030.
El informe anual de Adecco señala que las profesiones más demandadas en 2024 serán los ingenieros de IA y ML, los expertos en ciberseguridad (a medida que avanzan las amenazas y se vuelven más complejas) y los desarrolladores de software específico.
Causas de la escasez de especialistas
Si faltan expertos en ciberseguridad y en otras materias TIC es como consecuencia de una deficiente educación de profesionales y por la evolución de la demanda de las empresas. La oferta de especializaciones específicas en la Industria 4.0 es limitada, por lo que el mercado laboral español no está preparado para atender a la elevada demanda de puestos como los expertos en ciberseguridad.
El Barómetro CYD de la Fundación CYD, determina que el 48% de la población española considera que no recibe la formación ajustada a las necesidades del mercado laboral, algo que propicia que las empresas no encuentren el talento deseado. Se requiere un personal con habilidades en nuevas tecnologías, dominio de idiomas y competencias digitales y transversales.
Otro hándicap es la velocidad de evolución tecnológica y la escasez de titulados. Al avanzar a un ritmo frenético la Industria 4.0, resulta más complejo que los profesionales se mantengan actualizados a las últimas tendencias y tecnologías, por lo que encontrar candidatos locales óptimos se convierte en una auténtica odisea.
Es cierto que el número de estudiantes de FP en España ha aumentado en los últimos años, aunque aún se presenta una tasa inferior a la media de la UE. De ahí que falten profesionales cualificados con titulación en FP y en materias más concretas como expertos en IA y expertos en ciberseguridad. Falta inversión, pero falta también interés por la formación. De hecho, se calcula que habrá 92.500 oportunidades laborales que no serán cubiertas por titulados de ciclos formativos hasta 2030 si no se promoviese antes el valor de la FP.
El notable envejecimiento de la población tampoco ayuda. Esto sumado a la oferta formativa insuficiente y a la falta de motivación por parte de las nuevas generaciones, provoca que se marchen a otros sectores económicos en los que se requiera de un menor esfuerzo.
Pero el problema también radica dentro de las propias empresas, que presentan ofertas laborales poco atractivas. Si las condiciones laborales no son llamativas, los pocos profesionales técnicos especializados en materias como la ciberseguridad acabarán emigrando a otros países de la UE o cambiarán de sector.
Además, todo se ve incrementado por la creciente demanda externa. Y es que la Industria 4.0 no solo reclama profesionales en España, sino en todo el mundo, por lo que compiten entre sí para atraer al escaso talento cualificado existente. Esto provoca que las empresas tengan que ampliar su campo de búsqueda más allá de sus fronteras nacionales o continentales en pro del talento más eficiente y productivo.