El mundo de las criptomonedas siempre ha sido vulnerable en lo que se refiere a la ciberdelincuencia. Según el reciente informe Mid-Year Crime Report 2024 de Chainalysis, las estafas vinculadas a criptomonedas han aumentado en un 43%, especialmente aquellas que se originan a través de redes sociales y aplicaciones de citas. Este aumento se atribuye en gran medida a una técnica conocida como «carnicería de cerdos» o pig butchering, un fraude particularmente efectivo y devastador para sus víctimas.
¿Qué es la «carnicería de cerdos»?
La carnicería de cerdos es un tipo de estafa sofisticado y altamente beneficioso para los ciberdelincuentes, en el que los estafadores, a menudo denominados «pastores», buscan «engordar» a sus víctimas antes de despojarlas de sus criptoactivos. Esta técnica se basa en la construcción de una relación de confianza que puede extenderse durante semanas o incluso meses. Las estafas de criptomonedas se dan en aplicaciones de citas o redes sociales para iniciar el contacto, estableciendo un vínculo emocional o amistoso con la víctima.
Una vez que se ha ganado la confianza de la víctima, los «pastores» comienzan a introducir gradualmente conversaciones sobre inversiones en criptomonedas. Presentan falsas oportunidades de inversión, a menudo respaldadas por plataformas fraudulentas diseñadas para parecer legítimas. Cuando la víctima finalmente decide invertir, se le engaña haciéndole creer que está generando ganancias, pero en realidad, los fondos desaparecen en manos de los criminales.
El término «carnicería de cerdos» proviene de la analogía de «engordar» a la víctima con falsas promesas y expectativas antes de robarla completamente de sus activos, de manera similar a cómo se engorda a un cerdo antes de sacrificarlo.
La base de la estafa: KK Park en Myanmar
Un factor clave que ha permitido el crecimiento exponencial de este tipo de fraude es la existencia de complejos criminales organizados como KK Park, ubicado en Myanmar. Este lugar ha ganado notoriedad internacional debido a sus actividades delictivas a gran escala, donde miles de personas, muchas de ellas víctimas de trata de personas, son obligadas a participar en estafas globales.
KK Park, situado en la ciudad de Myawaddy, cerca de la frontera con Tailandia, se ha convertido en un centro neurálgico de fraudes telefónicos y cibernéticos. Desde allí, los estafadores dirigen sus operaciones hacia víctimas en todo el mundo, incluyendo Estados Unidos, Europa y Asia. Según el informe de Chainalysis, solo en 2024, este complejo ha acumulado más de 101 millones de dólares a través de estafas de criptomonedas, consolidándose como uno de los centros de estafa más rentables del mundo.
El uso de redes sociales y apps de citas como herramientas del fraude
El incremento de estafas en plataformas sociales y apps de citas refleja una tendencia creciente en la ciberdelincuencia: los criminales ya no se limitan a simples correos electrónicos de phishing, sino que buscan establecer relaciones más profundas y personales con sus víctimas. Esto les permite identificar a personas más vulnerables, quienes son más propensas a caer en la trampa de las «oportunidades de inversión».
Los estafadores, en muchos casos, crean perfiles falsos y utilizan tácticas de ingeniería social para manipular emocionalmente a las víctimas. Estas interacciones comienzan de manera inocente, pero poco a poco se convierten en un esquema de inversión fraudulenta. La combinación de la presión social, la desinformación sobre las criptomonedas y la promesa de altos rendimientos financieros juega un papel indispensable en la decisión de las víctimas de invertir sus fondos en estas estafas.
Además, el informe de Chainalysis destaca cómo los delincuentes están utilizando cada vez más plataformas y servicios ilícitos para facilitar sus operaciones. Un ejemplo claro es Huione Guarantee, un mercado clandestino que ha procesado más de 49 mil millones de dólares en transacciones criptográficas desde 2021, y que está vinculado a actividades delictivas como el lavado de dinero y las estafas de inversión.