El sector educativo es, junto con el sanitario y el financiero, el más castigado por los ciberataques. Ocurre en España y también fuera de nuestras fronteras. De hecho, según un reciente estudio en los últimos cinco años este sector ha sido uno de los blancos  más comunes de los ciberataques que ha sufrido Reino Unido.

Hasta el 73% de las instituciones educativas, incluidas universidades, escuelas secundarias y primarias, han sufrido al menos un incidente de ciberseguridad durante este período.

Estos ataques no solo representan una amenaza económica y operativa para las instituciones, sino que también exponen la vulnerabilidad de un sector que juega un papel crucial en la sociedad.

Tipos de ciberataques en el sector educativo de UK

Los datos muestran que las universidades son las instituciones más afectadas, con un alarmante 85% reportando incidentes de ciberseguridad solo en 2022. Este alto porcentaje se debe, en gran parte, al volumen de datos confidenciales que manejan estas instituciones, desde información personal de estudiantes y profesores hasta investigaciones académicas de alto valor. Las escuelas secundarias han reportado un 63% de incidencias, mientras que las escuelas primarias no están exentas, con un 41% de instituciones afectadas.

Entre los métodos más comunes utilizados por los ciberdelincuentes se encuentran los ataques de phishing, que han afectado al 23% de las instituciones educativas, y los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS).

El phishing, en particular, se ha vuelto una herramienta efectiva para robar credenciales de acceso, mientras que los ataques DDoS buscan interrumpir las operaciones digitales, bloqueando servidores y dificultando el acceso a los sistemas de aprendizaje en línea.

Otro tipo de ataque creciente es el ransomware, en el que los atacantes secuestran datos críticos de las instituciones y exigen un rescate a cambio de su liberación. Este tipo de ataque no solo afecta financieramente a las instituciones, sino que también pone en riesgo la privacidad de los datos de los estudiantes y el personal.

Así afecta a nivel económico

El impacto financiero de los ciberataques en el sector educativo es significativo. Se estima que las instituciones educativas afectadas enfrentan pérdidas económicas que oscilan entre los 4 y 6 millones de euros anuales debido a los costes asociados con el tiempo de inactividad, la recuperación de datos, el fortalecimiento de la seguridad y el daño a la reputación.

Sin embargo, los problemas no terminan ahí. Los ciberataques también tienen un impacto profundo en las operaciones diarias de las instituciones educativas. Los sistemas de aprendizaje on line, que se han vuelto esenciales tras la pandemia, se ven interrumpidos, lo que afecta la continuidad de las clases y el acceso de los estudiantes a los materiales educativos.

Además, estos ataques generan desconfianza entre los estudiantes, sus familias y el personal, lo que puede afectar la inscripción y la percepción pública de la institución.

Instituciones del sector educativos vulnerables a los ciberataques

Un aspecto preocupante es que muchas instituciones educativas carecen de las medidas de seguridad adecuadas para protegerse contra estos ataques. De hecho, solo el 7% de las instituciones tienen un presupuesto dedicado exclusivamente a la ciberseguridad. Esto deja a la mayoría de las escuelas y universidades operando con sistemas desactualizados y vulnerables.

Además, aproximadamente un tercio de las instituciones no cuentan con protecciones básicas, como software antivirus o políticas de contraseñas robustas. La falta de formación en ciberseguridad para el personal y los estudiantes también contribuye a esta vulnerabilidad. La mayoría de los ataques de phishing, por ejemplo, podrían evitarse si los usuarios estuvieran mejor informados sobre cómo identificar correos electrónicos sospechosos y enlaces maliciosos.

En 2022, una universidad importante en el Reino Unido sufrió un ataque de ransomware que paralizó su sistema durante semanas. Los atacantes exigieron un rescate de más de un millón de libras para liberar los datos secuestrados. La institución se vio obligada a negociar, ya que la pérdida de información académica crítica habría tenido consecuencias devastadoras para los estudiantes y el personal.

Otro caso involucró un ataque DDoS dirigido a una red de escuelas secundarias, lo que provocó la caída de sus plataformas de aprendizaje en línea durante varios días. Este incidente dejó a miles de estudiantes sin acceso a materiales educativos en medio de exámenes importantes, resaltando la fragilidad de los sistemas digitales actuales.

La falta de formación en ciberseguridad

La falta de preparación es una de las principales razones por las que el sector educativo sigue siendo un objetivo atractivo para los ciberdelincuentes. Las instituciones deben adoptar un enfoque proactivo en ciberseguridad, invirtiendo en tecnologías avanzadas de detección y prevención de amenazas. Por ejemplo, soluciones de detección y respuesta gestionada (MDR) pueden ayudar a identificar y neutralizar ataques antes de que causen daños significativos.

Además, la formación en ciberseguridad debe convertirse en una prioridad. Los programas de concienciación dirigidos a estudiantes, profesores y personal administrativo pueden reducir significativamente el riesgo de ataques de ingeniería social, como el phishing.

Otra medida clave es la realización de auditorías regulares de seguridad para identificar y abordar vulnerabilidades en los sistemas existentes. Estas auditorías pueden incluir pruebas de penetración y evaluaciones de riesgos para garantizar que las instituciones estén preparadas para responder a incidentes en tiempo real.

El gobierno del Reino Unido también tiene un papel crucial que desempeñar en la protección del sector educativo. Se necesitan políticas claras que fomenten la inversión en ciberseguridad y brinden apoyo financiero a las instituciones más pequeñas que carecen de recursos para implementar medidas de seguridad avanzadas.

Además, la colaboración entre instituciones educativas, empresas tecnológicas y organismos gubernamentales puede ayudar a crear un frente unido contra las amenazas cibernéticas.

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