El pasado mes de agosto le dimos con enorme pesar el último adiós a Angelucho. Una de las figuras de referencia, más respetadas y queridas de la comunidad de la ciberseguridad, aunque su influencia llegaba mucho más allá.
Para quien tuvo la gran suerte de conocerlo, simplemente sobran las palabras. En las distancias cortas es donde más ganaba, gracias a su magnética personalidad, su cercanía y su fino sentido del humor con el que siempre arrancaba una sonrisa.
Pero para quien no tuvo esa fortuna, es justa una reseña de quién fue y lo que logró, aunque nunca le harán justicia unas pocas líneas.
Ángel Pablo Avilés destinó su vida personal y profesional a ayudar a los demás. Miembro de la Guardia Civil, dedicó años a la lucha contra el crimen y posteriormente al cibercrimen en el Grupo de Delitos Telemáticos de la UCO, donde fue miembro 11 años. Angelucho era el nombre por el que le conocíamos todos.
Durante sus 30 años de servicio en la Guardia Civil y tras esta etapa, realizó una enorme labor como divulgador en materia de ciberseguridad. Su objetivo era dar a conocer los riesgos de la red para evitar que como usuarios pudiéramos ser víctimas de algunas de las muchas amenazas que veía constantemente en su día a día.
Como parte de esa misión, desarrolló y lideró varios proyectos. Uno de los primeros y más conocidos es su blog personal, “El Blog de Angelucho”. Una bitácora digital en la que publicaba periódicamente posts sobre las amenazas de la red y cómo afrontarlas.
Otro de sus proyectos más queridos eran las jornadas X1RedMásSegura, un congreso dedicado a la concienciación en ciberseguridad, destinado a informar y formar a personas de todas las edades y niveles. Y es que proteger a los menores y a los ciberabuelos, como él los llamaba, era una de sus mayores preocupaciones.
Gracias a él, muchos otros profesionales se animaron a colaborar y a ayudar de manera altruista, como él. Yo tuve la fortuna de que me pidiera colaborar en varias de las jornadas como presentadora. Si Angelucho te pedía algo, simplemente lo hacías. Era un honor.
Dejó plasmado parte de su conocimiento en su libro con el mismo título, que desde el primer momento estuvo y está disponible de manera totalmente gratuita para todo el que lo necesite.
Durante los últimos años, había iniciado una nueva etapa en el sector privado como Director de Seguridad en la empresa SmartHC, sin dejar de lado su pasión por divulgar y ayudar a quien lo necesitara.
Y esto es solo la punta del iceberg, una parte muy, muy pequeña de lo que era Angelucho. Cada uno de los que le conocimos tenemos alguna anécdota o vivencia con él, incluso quien solo se cruzó con él durante unos minutos. Dejaba huella por donde pasara.
En el programa de radio CiberAfterwork junto a Eduardo Castillo y Pablo San Emeterio hemos sido muy afortunados de contar con él como colaborador, como experto en nuestras tertulias y por supuesto como amigo.
Escucharle concienciar era un regalo. No solamente daba buenos consejos, sino que trasladaba todo de una manera cercana y comprensible.
Y es que era un excelente comunicador, amante de su trabajo. Su altruismo por compartir y regalar conocimiento, del que tenía a raudales, era una de sus señas de identidad.
Como homenaje, desde CiberAfterwork le hemos dedicado el primer programa tras su pérdida, que ha tenido lugar hoy en el arranque de la nueva temporada.
Le hemos pedido a grandes referentes de la ciberseguridad y, sobre todo, grandes amigos de Angelucho que le dedicaran unas palabras para emitirlas en directo en el programa, que se puede escuchar en Capital Radio y estará disponible en las plataformas de podcast.
Muchísimas gracias Josep Albors, Lorenzo Martínez, Juan Antonio Calles, por esas dedicatorias que nos han llegado al corazón. Como lo hacía nuestro Ángel de la red, que siempre estará con nosotros. Nos llena de tristeza su marcha, pero también sabemos que somos afortunados por haberte tenido, y no hay palabras suficientes para agradecer todo lo que ha dado.
Mandamos un abrazo enorme a toda su familia, amigos, allegados.
Hasta siempre Angelucho, te echaremos tanto de menos. Gracias por cuidarnos dentro y fuera de la red.
