Los desarrollos en el campo de la tecnología y las telecomunicaciones no descansan. Mientras estamos renovando los dispositivos para que sean compatibles con las redes 5G y avanza su despliegue, ya está sobrevolando en el horizonte la siguiente evolución. La tecnología 6G, la sexta generación de comunicaciones inalámbricas y sucesora de 5G, ya tiene fecha. 2030 es el año que Huawei marca en el calendario para la llegada de esta tecnología. 

Pero, mientras tanto, pasaremos por un estado intermedio: 5G Advanced (o 5G+), la base de lo que será el 6G. Huawei lo ha denominado 5.5G, y asegura que empezaremos a ver productos sobre esta tecnología mucho antes, en 2025

5.5G: no es una revolución, es una evolución

Desde la compañía están trabajando en tecnologías que se apoyen en este estándar, el cual explican que se trata de una evolución natural de la anterior generación de redes móviles, no una revolución. Los expertos señalan que el 6G, así como su evolución intermedia, el 5.5G, traerá una mayor velocidad de conexión y menor latencia. 

Características que habían mejorado notablemente con la llegada de 5G, pero que en esta ocasión tiene sus miras puestas más allá. Además de aumentar la conexión desde los dispositivos móviles, esta tecnología está especialmente diseñada para todos los aparatos y sensores inteligentes que formarán parte de hogares, ciudades, empresas… así como vehículos autónomos o aplicaciones en la industria conectada. 

La inteligencia artificial, realidad aumentada, el metaverso o la realidad extendida son algunas de las tecnologías que se verán especialmente beneficiadas por las nuevas evoluciones de las redes móviles.

La meta es conseguir conectividad inalámbrica que multiplique por diez la velocidad en la transmisión de los datos, y reducir la latencia a 0,1 milisegundos. Prácticamente recibir la información en tiempo real.

En este sentido, Huawei ha presentado en el marco del Mobile World Congress (MWC) 2023 las que considera que son las características principales que traerá la era 5.5G. 

En primer lugar, la experiencia de 10 Gbps, diez gigas por segundo. Y es que, básicamente todo se podrá multiplicar por diez con esta tecnología. Diez veces más rapidez, asegurando experiencias más inmersivas e interactivas, diez veces más conexiones, diez veces más inteligente, (permitiendo a los coches autónomos pasar del nivel 3 al nivel 4 de autonomía) y diez veces más eficiente. Aseguran que las emisiones de CO2 por terabyte de datos transmitidos en una red móvil se reducirán a la décima parte.

Las sostenibilidad y la eficiencia son dos de las claves que traerá el 5.5G, debido también a que permitirá por un lado que la red se pueda usar como sensor, y por otro lado que se dispositivos 5G sin batería puedan nutrirse de la energía proporcionada por la propia red, alimentados por la antena. El consumo eléctrico también se podrá ver reducido por diez, ya que los propios sensores inteligentes pueden apagarse y encenderse en función de la necesidad.

Esto permitirá por otro lado mejorar las experiencias inmersivas, que hasta ahora estaban más limitadas. Por ejemplo, se espera que las tecnologías 3D experimenten un gran aumento. La compañía cuenta ya con tecnologías 3D sin necesidad de gafas, y mejorarán con la llegada de 5.5G.

La industria, los servicios y las ciudades se verán beneficiados también por esta evolución de las redes.

Control del tráfico rodado en las smart cities gracias a sensores, infraestructuras urbanas más inteligentes y eficientes, permitiendo detectar, por ejemplo, incidentes en la carretera y transmitiendo información en tiempo real entre infraestructuras y vehículos para mejorar la seguridad.

¿Y la seguridad?

El estándar 5G implementó mayor seguridad respecto a sus predecesoras, como las antiguas 3G y especialmente 2G que contaba (y cuenta, ya que sigue habiendo sistemas que se conectan a ellas) con verdaderos problemas de seguridad.

Debido al aumento y el conocimiento de las amenazas que pueden producirse, los nuevos protocolos están desarrollados con la seguridad informática. Eso sí, los dispositivos, objetos y sensores que se conecten a ellos, deberán implementar la seguridad asimismo desde el diseño para permitir la protección no solamente de los datos sino de los usuarios, ya que los riesgos van más allá de lo digital para convertirse en una amenaza también en el entorno físico.

Periodista especializada en seguridad informática y tecnología. Cofundadora y directora editorial de Bit Life Media, web dedicada a la actualidad de la tecnología, ciberseguridad e innovación. Presentadora de eventos y ponente especializada en seguridad informática y concienciación. Autora de "Ciberseguridad, consejos para tener vidas digitales más seguras".

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