El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado un estudio titulado ‘Inseguridad en la red’ que pone de manifiesto una realidad preocupante que atraviesa la sociedad española: la creciente inseguridad en internet. Este informe revela que casi la mitad de los españoles, concretamente un 47,4%, ha sido víctima de alguna forma de estafa o intento de estafa en internet en el último año.
La naturaleza de la estafa que proviene de internet incluye, en su mayoría, el recibimiento de correos electrónicos o mensajes de móvil sospechosos solicitando información personal o financiera, afectando al 84,2% de los afectados. Este dato no solo refleja la prevalencia de técnicas como el phishing, sino también la sofisticación y la insistencia de los ciberdelincuentes en sus métodos para engañar a los usuarios.
El estudio también destaca la vulnerabilidad particular de los jóvenes de entre 25 y 34 años frente a la estafa en internet, con un 61,3% de ellos reportando haber sido objetivo de estos fraudes. Esta cifra resalta la importancia de dirigir esfuerzos educativos y de prevención hacia este grupo demográfico.
Desinformación y preocupación por la información personal
El impacto de la desinformación en línea también ha sido un área de interés, con el 29,9% de los encuestados indicando haber sido afectados por información falsa en el último año. Esta estadística subraya la necesidad crítica de abordar la propagación de información falsa, con un abrumador 92,5% de los participantes de la encuesta abogando por limitaciones en este aspecto.
Los españoles expresan una preocupación considerable sobre varios aspectos de la seguridad en línea. Un 77,2% se muestra inquieto por el acceso no autorizado a su información personal, mientras que el 76,8% teme a los delitos sexuales en línea. Asimismo, el robo de identidad y los enlaces fraudulentos son también fuentes significativas de preocupación para la mayoría de los encuestados.
Conocimientos sobre ciberseguridad y desafíos
A pesar de esta alta conciencia sobre los riesgos, existe un claro déficit de conocimientos sobre cómo protegerse en el entorno digital. El 60% de los españoles admite tener «poco o ninguno» conocimiento sobre seguridad y protección de datos personales en Internet, lo que contrasta con el 36,6% que considera tener «mucho o bastante» conocimiento sobre el tema. Esto sugiere una importante brecha de conocimiento que podría ser explotada por los actores maliciosos para perpetrar fraudes y estafas.
En respuesta a estos desafíos, los españoles adoptan diversas medidas de precaución, como acceder solo a sitios web que consideran de confianza y realizar compras en línea únicamente en páginas que les parecen seguras. Sin embargo, estos esfuerzos pueden ser insuficientes si no se acompañan de una comprensión más profunda y un conocimiento técnico sobre cómo navegar de manera segura por Internet.
Preocupación por la IA y uso de móviles
Además de las estafas, el informe aborda la preocupación pública sobre los riesgos asociados al uso de la inteligencia artificial (IA). Un 80,4% de los españoles reconoce la existencia de riesgos en el uso de la IA, con un 70,6% calificándolos de «muy o bastante graves». Las inquietudes incluyen la dificultad para distinguir entre lo real y lo artificial en línea, la manipulación de imágenes para crear contenido falso y la amenaza de la desaparición de ciertas profesiones debido a la automatización.
Otro hallazgo significativo del estudio se refiere al uso de móviles entre los más jóvenes. Un abrumador 93% de los españoles apoya la prohibición del uso de móviles en la educación primaria, y un 69,8% favorece esta medida en la etapa de la ESO. Esto refleja una clara preocupación por proteger a los menores de los riesgos en línea, incluidos los delitos sexuales, para los cuales existe un consenso casi unánime (94%) sobre la necesidad de restringir el acceso a Internet.
El informe realizado entre el 13 y el 20 de febrero con una muestra de 5.917 entrevistas a personas mayores de 16 años, concluye subrayando la importancia de una acción colectiva para abordar los desafíos de la seguridad en línea, implicando no solo a los individuos y familias, sino también al gobierno, las autoridades y los proveedores de servicios de Internet.
